sábado, 11 de julio de 2009

HUSMEANDO ....


Desde su nacimiento, el servicio de correo electrónico de Google marcó la tendencia. Ellos pusieron de moda la necesidad de tener una invitación para poder darse de alta. El motivo de tan elitista decisión, explicaban entonces, era que estaba en pruebas. En el argot informático a esa fase de pruebas se le denomina "beta". El pasado 7 de julio GMail pasó a estar en la red en su versión definitiva.
A partir de entonces no hubo un sólo servicio propio de la web 2.0 que no llevase junto a su nombre la etiqueta "beta". Servía como etiqueta para dar un toque de modernidad y también como excusa para todo tipo de fallos.
GMail innovó en muchos sentidos, pero cambió sobre todo la experiencia del usuario. Muchos usuarios abandonaron su programa de escritorio (Outlook, Thunderbird, etc...) por las facilidades del programa para gestionar el correo en lugar de con las tradicionales carpetas, con innovadores -entonces y ahora- filtros y etiquetas. También resultó una pequeña revolución la posibilidad de importar y gestionar cuentas de otros dominios. La evolución ha sido constante hasta el punto de estar disponible en 53 idiomas.Detallista como suele ser Google, ha tenido en cuenta a aquellos usuarios más nostálgicos que no quieran cambiar. Pueden configurar su cuenta para que siga apareciendo la imagen que estuvo presente durante un lustro




"Decían que había que estar loco para ir por ahí con cascos, que el walkman era sólo un aparatito inútil inventado por un lunático". Ninguno de los grandes fabricantes de aquel momento creyó a Andreas Pavel (Alemania, 1945), filósofo e inventor, pionero en la reproducción de música por medio de aparatos portátiles.
El patriarca de una familia luego integrada por el discman, el reproductor de minidisc, el mp3 y mp4, y el iPod nació en Brasil, a finales de la década de 1960. Pavel y sus amigos se reunían con regularidad para escuchar discos (de Bach a Janis Joplin), y debatir sobre política y filosofía,En esos encuentros fantaseaban con la posibilidad de llevar sus canciones adonde quiera que fuesen. Inspirado en ese sueño, Pavel concibió el "cinturón estéreo", que patentó en Europa, Estados Unidos y Japón, en 1977.
Dos años después, a finales de junio, el walkman de Sony llegaba al mercado. El aparato era caro, voluminoso y pesado, pero ninguna de estas desventajas impidió que su empleo se expandiese hasta transformarse en un símbolo de los 80.

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